viernes, 14 de agosto de 2015

La vuelta a la procesión

A mon pare, Julio Llabata Sancho, ja en la veritat.
 

Una procesión es aquel desfile religioso, mediante el cual se manifiesta externamente la devoción por un determinado santo y que recorre un determinado itinerario, previamente establecido. Yo mismo me recuerdo, de pequeño, el día de la procesión en honor al Santísimo Cristo de la Fe y San Vicente Ferrer de no sé qué año, cogido con una mano, de la mano de mi padre, mientras que con la otra sostenía un cirio. Y al verme distraído, mirando cómo la llama iba consumiendo poco a poco la cera del cirio y cómo iba goteando y pegándose al suelo, mi padre me decía “Ves aspai, no li pegues foc al trage de l’home d’endavant”. Probablemente, la procesión en honor al Santísimo Cristo de la Fe y San Vicente Ferrer de este año la veré con otros ojos, al ya no estar entre nosotros la persona de mi padre, uno de los primeros que me inculcó la devoción a nuestro Cristo de la Fe, así como transmisor de una serie de costumbres y tradiciones propias de nuestro pueblo, en forma de rondallas y de refranes autóctonos valencianos.

Se trata de un acto de culto que, a la vez que tiene un componente litúrgico, también tiene otro de carácter eminentemente social. Así, el sentimiento que se vive en una procesión suele estar entremezclado con costumbre y tradición, de forma que esa religiosidad popular que se vive en dicho acto, va aparejada al recuerdo de los que nos precedieron, especialmente hacia los que ya no están entre nosotros, así como con un sentimiento de hermandad con todos aquellos paterneros que procesionan con nosotros, o que participan del mismo desde la acera contemplando, e incluso con aquellos que en ese momento no se encuentran en Paterna por motivos diversos, pero desde el lugar en el que se hallan, en ese momento tienen un recuerdo para los suyos. Pensando en estas cosas, llega a mi mano un acta de la Comisión Municipal Permanente del Ayuntamiento de Paterna de 6 de Julio de 1965. Justo hace ahora cincuenta años. Y me da pie a escribir un artículo para el libro de las fiestas en honor al Santísimo Cristo de la Fe y San Vicente Ferrer. En dicho acta  se acuerda que “Se dió lectura al escrito que presenta la Cofradía de la Virgen del Perpetuo Socorro, y cinco más, en la que comunican que previa reunión con el Sr. Cura Párroco de San Pedro Apóstol, habían acordado refundir en una sola ambas procesiones que tendría lugar el próximo día 15 de agosto a la vez que solicitan de esta Alcaldía autorización para seguir el siguiente itinerario: Calle Maestro Canós, parte izquierda de la Plaza Mayor a enlazar con la vuelta de las procesiones ordinarias. La Comisión Municipal Permanente, por unanimidad acuerda acceder a lo solicitado“.
 
Para entender este acuerdo de Pleno, debemos tener en cuenta las siguientes circunstancias:

En Paterna siempre ha existido gran tradición procesionera, especialmente incrementada a partir de la postguerra. Así, una vez llegaba el buen tiempo, cada domingo se celebraba una festividad u otra que hacía que hubiera misa mayor, seguida de procesión por las calles de nuestro pueblo. Y ello era así, de una manera casi casi ininterrumpida, desde semana Santa, hasta llegado el mes de septiembre. Siguiendo el calendario litúrgico, la primera procesión que se celebraba era la Procesión de Ramos del Domingo de Ramos. El Vía Crucis el Viernes Santo a primera hora, Procesión del Entierro el Viernes Santo por la tarde. Encuentro del Resucitado con la Dolorosa, la mañana del domingo de Pascua. El día de San Vicente Ferrer, se celebraba el Comulgar de Impedidos.

A continuación, ya con el buen tiempo, venía un rosario de festividades religiosas: El segundo o tercer domingo de mayo se llevaba a cabo la procesión en honor a la Virgen de Fátima. El segundo domingo de mayo la procesión en honor a la Virgen de los Desamparados, el cuarto domingo después de Pascua, la procesión en honor a San José. En junio, la procesión en honor del Sagrado Corazón de Jesús. El 29 de junio, la procesión en honor a San Pedro, patrón de Paterna. La procesión en honor del Perpetuo Socorro, que se celebraba la primera quincena de julio. La procesión de la Virgen del Carmen, el último domingo de julio. Y la procesión en honor de la Virgen de la Asunción el quince de agosto. Todas éstas se celebraban en dichas fechas, a las que habría que añadir aquéllas que no tenían una fecha concreta, al tratarse de festividades móviles. Estamos hablando de la festividad y la procesión de la Ascensión, que se celebraba cuarenta días después del domingo de resurrección. Al caer dicha fiesta en jueves, no coincidía con ninguna otra procesión. Y también de la solemnidad del Corpus Christi, que se celebraba el jueves siguiente a la festividad de la Santísima Trinidad, si bien en Paterna se conmemoraba no dicho jueves, sino el domingo posterior.

La reciente construcción del polígono Industrial “La fuente del Jarro”, hizo que la población de nuestro municipio se incrementase considerablemente. En 1955, nuestro municipio contaba con 12.242 habitantes. En 1960 con 16.314. En 1970, con 21.965 habitantes. Vemos que en apenas quince o veinte años, llegó incluso a duplicarse la población. En aquellos años sesenta fue cuando se empezó a cambiar el medio de transporte habitual, que hasta aquel momento fue el carro y las caballerías, por el automóvil, más cómodo, y que permitía hacer viajes más a menudo, más largos y confortables.

La calle Mayor –entonces calle del general Asensio- era, en aquel momento uno de los ejes del tráfico rodado de nuestro municipio. No en vano, era la carretera que unía Paterna con Valencia en un extremo, mientras que por el otro extremo se comunicaba en una dirección con Manises, mientras que en otra, primer lugar con la Cañada, y a continuación con el resto de municipios que se encuentran ubicados hacia el interior: La Eliana, La Pobla de Vallbona, Llíria… Ya en el año 1962, debido a los problemas que empezaban a surgir y que acabamos de exponer, en Sesión Plenaria del Ayuntamiento de Paterna se acordó que a partir del 1 de julio de dicho año, la despedida del duelo se realizaría frente al edificio de la iglesia Parroquial donde se hubiera de celebrarse la misa exequial, en lugar de en la calle mayor, a la altura de la casa de la tía Pepa la Sardinera (donde está actualmente ubicada la parada del autobús).

En virtud de todo ello, dado el incremento del tráfico rodado que atravesaba a diario la calle Mayor, y el perjuicio que se ocasionaba, se estudió la posibilidad de refundir todas las procesiones de las distintas cofradías, que se celebraban en las mismas fechas, en una sola, para que el impacto sobre el tráfico de vehículos fuese menor. Y así, según me informa D. Vicente Cotolí Ibáñez, el día quince de agosto de 1965, en solemne procesión, desfilaron, por el siguiente orden de aparición, que fue el de antigüedad, las siguientes imágenes: en primer lugar, la imagen de la Virgen de Fátima. En segundo lugar la imagen del Perpetuo Socorro. En tercer lugar, la imagen de la Virgen del Carmen. En cuarto lugar, la imagen de la Virgen de los Desamparados. En quinto lugar, la imagen del Sagrado Corazón de Jesús Y en último lugar, la imagen de la Virgen de la Asunción, cada una de ellas acompañadas de sus respectivas Juntas Directivas, así como de feligreses de las distintas parroquias de nuestro municipio. El resto de procesiones, dada la fuerza litúrgica que tenían, como era la del Corpus Christi o la de San Pedro, patrón de la Villa de Paterna, siguieron celebrándose en la fecha que les correspondía.

El recorrido de dicha procesión, de acuerdo con lo solicitado y que trazamos en el plano adjunto, fue el siguiente: Salida de la Iglesia a la calle del Maestro Canós, parte izquierda de la Plaza Mayor, por la plaza de Santa Teresa y calle de San Salvador, a enlazar con la vuelta de la procesión ordinaria. Es decir, continuaba por la Plaza de San Roque, calle de Eduardo Dato, Plaza del Pozo, Calle San Vicente, Calle San Pedro, hasta llegar a la actual plaza del Pueblo para entrar a la Iglesia de San Pedro Apóstol. Con este recorrido se pretendía evitar en la medida de lo posible pisar lo menos posible la calle Mayor, eje de la comunicación rodada de nuestro municipio.

Este tipo de procesión de carácter comunitario, fue una idea bonita, pero que no terminó de cuajar por diferentes motivos. Por un lado, por problemas logísticos, ya que no existían andas suficientes para transportar todas las imágenes. De hecho, hubo alguna que se prestó por parte de la parroquia hermana de Benimámet, para que pudieran participar todas las imágenes en dicha procesión con la dignidad que se requería. Por otro lado, por problemas de organización, ya que las personas que pertenecían a la directiva de una cofradía, también lo eran de dos o tres más, de forma que no podían procesionar todas las cofradías con todos los miembros de sus directivas. Todas estas circunstancias hicieron pues, que se continuara celebrando de forma ininterrumpida durante dos o tres años, no más, en que dejaron de desfilar las diversas imágenes y pasó a hacerlo solamente la imagen de la Virgen de la Asunción, por parte de las clavariesas de agosto, continuando con la tradición de su fiesta. El resto de procesiones, excepto las de carácter parroquial, dejaron de llevarse a cabo de la forma en que se habían conocido hasta entonces, pasando a celebrarse solamente la solemnidad de su fiesta mediante misa mayor.